La Villa tiene su historia como cada lugar, y como en esta primera visita junto a Pablo y Renata tuve una impresión distinta de otros sitios turísticos, es que también me interesa dar algunos detalles del pasado de esta localidad. Esta 85 km al sur de la ciudad de Córdoba, en el valle de Calamuchita. Para empezar cambio tres veces de nombre. Primero la llamaron Paraje El Sauce, después sería Villa Calamuchita hasta su nombre final Villa General Belgrano, y esto se dio en la época de la llegada de inmigrantes y en cuanto se integraron a los ya habitantes de la zona.
Villa General Belgrano, su sello la cerveza. ¿Dónde comer,qué probar y qué comprar?
Por donde quiera que uno recorra la Villa, estarán presentes los detalles centroeuropeos, en la arquitectura bávara de las casas, en los muñecos de madera y sus trajes, en algunas banderas que asoman y dan identidad al lugar, en los negocios y sus comidas típicas, en las flores que dan color a los locales de la calle principal J. A. Roca. Pero el concepto constante y motivo de orgullo en la villa es la cerveza. En los chopps con distintos escudos y leyendas, a la venta en uno de cada dos negocios, en los carteles de maderas de la plaza principal y en los que señalan que en más de la mitad de bares y restaurantes hay «Patio Cervecero»…Y, por supuesto, aquí no hay que esperar hasta octubre para probar vasos y vasos de cerveza artesanal que acompañan comidas alemanas como el chucrut, salchichas y ensalada de papas, sandwich de Lewerwurst, o solas que bien valen la tentación.
Nosotros almorzamos en El Ciervo Rojo, con más de 50 años, empezó como kiosco y hoy es uno de los restaurantes más conocidos de la villa. Los platos alemanes están muy bien, buena atención, con patio y juegos para chicos. Lo mejor es la cerveza artesanal, para repetir y repetir.
Otra fiesta típica por acá, y que por unos días nos perdimos, es la del Chocolate Alpino, en el mes de julio. Y si hablamos de chocolate y dulces, dos lugares que puedo recomendar para comprar y llevarse regalitos: Capilla Vieja(bombones,chocolate en ramas y en barra) y Rissen (tienen los mejores dulces caseros), ambos en la calle principal.
Una tarde volvimos a Villa General Belgrano, para tomar el té y elegimos el Café Rissen, que estaba repleto. También está en la calle principal Julio A. Roca, y todo nos pareció excelente. Se veían unas picadas enormes para los que elegían salado. Nosotros probamos unos alfajores caseros de chocolate perfectos, y un strudel que quedará en los archivos.
Hay un edificio central que es la Casa municipal que está pegada a la torre del reloj, también en la calle principal, que captan enseguida la atención.
[pullquote]Se hacen visitas a la torre (la torre tiene 23 metros de altura y para recorrerla hay que subir los casi 100 escalones de la escalera caracol), la auto guía cuenta la historia de la villa y hay vistas de ella y sus alrededores.[/pullquote]
Tanto la casa como la torre remontan a una arquitectura alemana característica, y me trajo a la memoria las imágenes de aquel concurso de juegos televisivo del programa Telematch, tantas veces transmitido por canal once de Argentina (allá por los años 80/90). Y mientras paseábamos por los negocios y en cualquier momento del día es común cruzarse con alguna típica canción alemana que se escuchan en los locales. La que pudo reconocer Pablo, fue Loreley, y su letra cuenta la historia de una bella doncella a la que no le corresponden el amor y se ahoga en el Rin…Un poco triste pero bella.
Y si, en Villa General Belgrano, uno siente que encuentra mucho de Alemania en Argentina, un pedacito del país germano envuelto en el nuestro.
Si te gusto este post, no dejes de leer el primero que hice sobre este viaje, acá:
https://www.bolsodemano.net/2016/06/30/de-a-3-al-valle-de-calamuchita-villa-berna-y-la-cumbrecita/
