La Aguada, una chacra para quedarse a vivir y pegada a San Antonio de Areco

A La Aguada la ubique por internet, es un chacrita muy verde, con relieve y colores, en Villa Lía, Ínfimo pueblo muy cerca de San Antonio de Areco. Es muy lindo lugar, con una casa de campo y algunas cabañas, para un máximo de 5 personas.

Nos quedamos en la casona más antigua. La que llaman «Casa de Campo», y lo que tiene es una galería enorme. Super cómoda. Con mesa y sillas para estar afuera y unos cuantos ventiladores de techo para cuando no hay ganas de ir a la pileta, y es mejor relajar y contemplar.  La ubicación de la casa es justo frente a la aguada, que está dentro de las 2 hectáreas de campo que hay aquí. Por allí se ven los patos, que posan, entran, salen y revolotean…Le dan un aire agreste distinto, porque son muchos y remiten con sus cua cua, a las campiñas francesas. ¡Le dan inocencia y ternura al lugar! Me volví una nena admirando la belleza de los  la caminata y el nado en banda de estos animalitos simpáticos. Entiendo ahora que decoren bandejas, tazas y cuadritos naif! Con solo mirarlos te remontan a la infancia, cuando amábamos a los animales, y todo era más simple…..

Además de patos, hay cabras, gallinas y caballos. Es una granja, arbolada y cálida…como para enamorarse del lugar a primera vista.

La pileta con deck de madera y un lugar con sombra esta justo en el medio. Más atrás sigue el lago y más allá se ve más campo!

Cuenta con dos grandes quinchos con parrillas, mesas y sillas para comer allí mismo. Uno tiene además juegos como el clásico sapito y un metegol. En el lugar se hicieron dos huertas, que tiene de todo para cocinar y condimentar, y de la que uno se puede servir libremente. Me pareció muy buena idea.

Hay una dos arcos de madera para jugar al fútbol, una red para el volley…y varias bicis que se pueden usar para ir hasta alguna despensa cercana y comprar lo que haga falta. O  simplemente darse una vuelta, y adorar el cielo mágico que propone el campo. Hace tiempo que no  me subía a una bici, y es otra de las cosas que me devuelven a los primeros años. Los paseos pedaleando en el club, o por calles de Bella Vista, donde tuve primos que vivieron allí durante los 80.

Lo que el campo trae también es tiempo para leer. Algo esencial y rico que muchas veces el acelere de la capital pospone.

A Renata, con casi dos años y medio, esta bella chacra le parece un paraíso. Goza de la pileta, los animales, el campo y sus charcos.  Además de perseguir y tratar de tocarle la cola a la gata que merodea por todo el parque.  En una semana que estuvimos, hubo un solo día que llovió, y ella se puso las botas para saltar en los charcos y emular a su idola máxima la gran Pepa Pig.

Renata durmió la noche entera y hasta más horas que en nuestra casa de Palermo.
Yo también, cabe decirlo.

Además de toda la naturaleza, hay estacionamiento semicubierto, ropa blanca, microondas y heladera, aire acondicionado, direct tv y wifi.

De La Aguada, también resalto que es un lugar familiar, donde uno se siente poco invadido y muy a sus anchas. Y que los precios me parecieron convenientes.

Algo más de Villa Lía: está a 127 km de Cap Federal, tiene 1200 habitantes y calles de tierra. De los Almacenes de Ramos Generales, el que conocí y donde comí fue en el de Pascual. Con platos muy ricos, y el típico estilo antiguo y de época de esos locales. Hay también una Capilla, muy pintoresca y colonial en ese pueblo escondido de la provincia de Buenos Aires.

Esta es la web de La Aguada, y donde tendrás más información de esta bella chacrita:

http://www.xn--laaguadacabaas-1nb.com/

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