MISHEGUENE
En la zona donde vivo, en Palermo Zoo o mejor dicho la del Botánico hay un pequeño polo gastronómico con todas las propuestas que te puedas imaginar. Entre ellas está la de Misheguene, el restaurant de cocina judía que abrió en 2014 y que en 2019 fue elegido para ser parte de Intersect by Lexus, un exclusivo espacio de New York para que chefs del mundo den a conocer sus platos a nivel mundial.
El restaurant cuyo nombre significa la palabra Irreverente en yiddish, remite por su estética elegante a restaurantes de la zona del Meatpacking de New York. Esa ciudad tiene al igual que Buenos Aires una comunidad judía muy importante, y ambas resguardan sus platos y recetas a través del tiempo. Misheguene tiene la oportunidad de ofrecer clásicos o reversiones de la cocina judía a sus comensales.
El restaurant estaba a tope, fuimos un viernes a la noche. Lo que me parece algo injusto es que hayan dejado los turnos de la pandemia. No pregunté pero no dejaban que te quedes más de dos horas, así que se hizo muy corto el tiempo. Después el café lo terminamos tomando en otro lado, el postre si lo pedimos allí.
La propuesta de Misheguene es gastronomizar la cocina judía, no se trata de los platos tradicionales. Aquí van a encontrar diferentes versiones de un guefilte fish, baba ganoush, varenikes, pastramis, y más clásicos renovados.
En el inicio colocan una panera con variedad de panes y un acompañamiento de pepinillos dulces. Amo los pepinillos en ese formato, así que fue un muy buen arranque. Una de las entradas que probamos fue el guefilte fish, que sirven con gelatina de zanahorias y reducción de jrein picante y se cocina al vacío envuelto en su propia piel. Este no fue uno de mis preferidos. Y hubo una segunda entrada que fue una ensalada de pepinos, que aquí mezclan con melón, lima y cilantro.
GUEFILTE FISH MISHEGUENE
Después seguimos con uno de los platos fuertes de Misheguene :el pastrami con cebollas caramelizadas, en salsa de vino tinto y huevo frito por arriba. Esta receta si que es una sorpresa para quien vaya a comer allí, abundante y suculento da muy bien para compartir entre dos o tres personas. Acompañamos con unos varenikes de papa con schmaltz y gribenes.
Hay buena barra y es imponente el espacio que ocupa la chef ‘ s table, donde se puede ver el trabajo de los cocineros a pleno , el movimiento permanente de cocción o emplatados que llevan adelante en Misheguene, que también cuenta con delivery.
Por último cerramos la comida con un postre que me resultó bastante exótico, no me mató pero tiene su encanto: el baklava con helado de café y salsa de limón, que corta su dulzor típico.
Me gustó pero quizás había creado muchas expectativas, es un lugar que alcanzó un puesto alto entre los restaurantes de cocina judía en el país y claro, quizás es más interesante para conocedores y habitués de esta comida.
Como novedad también les comento que abrió hace unos largos meses Café Misheguene por la misma zona, una versión más informal de los mejores platos de Misheguene, que funciona de lunes a domingos de 10 a 20 horas. Aún no fuí pero no voy a perder de probarme un día de estos alguna de sus muestras de pastelería judía o platos de medio día.
Te gusta la cocina judía, fuíste o irías a probar los platos gourmet de Misheguene ? O preferís las recetas y platos judíos más tradicionales?