Me enteré del furor del libro “Comer, rezar, amar” de Elizabeth Gilbert mientras estaba viajando por Oceanía a principios de 2008. Al igual que la protagonista de esa novela best seller (que luego encontraría su fisonomía en la perfectisima Julia Roberts en la pantalla grande) yo estaba en mi propio viaje por el mundo y pasaba por mi etapa de autodescubrimiento también. Me acuerdo de leer las primeras líneas del libro y ya gozar en la primera página. Uno sabe cuando el libro que está leyendo es su libro. Y la primera exposición del personaje me conquistó: esa mujer que siente el fracaso de su matrimonio llorando abrazada al inodoro de su baño. La antiheroína total…Que le habla a Dios, en busca de consejo…la que de tanto llorar, se resulta graciosa. Que se pregunta en qué falló y que se siente desesperada al asumir su derrota, eso es tener un buen gancho. Las mujeres hablamos a solas , lloramos a solas y pedimos a las divinidades a solas.
También me acuerdo que deje esa lectura para el final de mi viaje, mientras con mis cuatro amigas recorríamos Europa. Y así como no quería que terminara el viaje de mi vida, tampoco quería que llegara la última página de Comer, Rezar, Amar. Pero hubo que afrontar las dos cosas y llegaron los dos finales inevitables, el del libro y el de mi viaje. Ambos únicos.
Tuve tan lindo recuerdo de aquel libro que deje pasar Comprometida, la secuela de Comer, Rezar y Amar. Allí Gilbert enfrenta a la protagonista con el desafío de repensar el matrimonio, darle una nueva oportunidad. Pero yo no estaba lista para leer algo que no fuera igual, diferente o superior y las segundas partes…¡ya se sabe como resultan!
Y al fin entonces, para mi bien me enteré de la aparición de La Firma de Todas las Cosas. La nueva novela de la escritora norteamericana me sedujo desde el título…Prometía mayor profundidad, ahondar en temas menos mundanos que la desilusión en el amor…y esta vez la autora se sumerge en las aguas de la vida, en los misterios de la naturaleza humana y en la comprensión del funcionamiento del mundo.
Reseña
Con el nacimiento de Alma Whitaker, en enero de 1800, y en una Filadelfia a principios de siglo, empieza esta historia. Su padre, Henry Whitaker, es un explorador botánico audaz y carismático cuya buena posición oculta orígenes humildes. La madre de Alma, una estricta holandesa con toques de aristocracia. Y a ellos, les siguen una lista de personajes muy bien trazados que hacen más curiosa a la familia Whitaker, y puntualmente a Alma, el personaje central de la novela. De ella sabremos absolutamente todo; desde su nacimiento hasta el último día de su vida. De cómo su voracidad por el saber la introduce en el estudio de las plantas desde chica. La botánica constantemente presente en el relato une, desune y devela misterios de principio a fin. Alma es una científica de mente despejada pero se enamora de Ambrose, un artista utópico. En ese encuentro se plantea un contraste rea y concreto: las miradas y naturalezas opuestas que existen en el mundo; las de las mentes racionales (empíricas y prácticas), a las de las mentes más sensibles (emocionales y ligadas al sentimiento).
Allí lo dice Alma, la protagonista, definiéndose a sí misma por el final del libro:”Nunca he sentido la necesidad de inventar un mundo más allá de este mundo, pues este mundo siempre me ha parecido suficientemente enorme y bello»
Como siempre Gilbert le da toques viajeros a sus historias y en este toca conocer Perú, Filadelfia, Tahití y Amsterdam.
Por último, la escritora envuelve muy bien en esta novela temas existenciales como la teoría de la Evolución, hasta la posibilidad de una Inteligencia Suprema. Más reflexiva y menos trivial que las anteriores, La Firma de Todas las Cosas, cumple con la promesa que inspira su título.
loli me parece fascinante como transmitis tus experiencias tanto de viajes lugares como libros, tanto que tengo dos libros en la cola para ser leidos, uno es Mujeres que corren con lobos, que me lo recomendaron tanto, y otro, me lo acaba de regalar mi amiga Estela, sabiendo que entiende mi gusto, pero me dio ganas de salir ya a comprar La firma de todas las cosas, ya que me contagiaste tu entusiasmo y descripción.
Segui con todo esa pasión que se nota en todo lo que emprendes en tu vida y asi vas encontrando cosas maravillosas……….
gracias Lala, y anda a correr por esos libros. te aviso, por las dudas, que La Firma de todas las cosas es largo! Para que después no digas que no te avise.
Hola, me ha gustado mucho tu reseña de La Firma de todas las Cosas, apenas ayer terminé el libro y me gustó mucho aunque me quedé con una sensación de tristeza. No me gustaría escribir nada sobre la historia del libro en si aquí, pues no quiero que lo vea alguien que apenas está planeando leerlo, aunque tengo que admitir que me gustaría discutir algunas partes de la novela que me dejaron triste e inquieta, no he encontrado ningún foro con gente que ya lo haya leído. Me gustaría preguntarte algo ¿Se te ocurre algún otro libro parecido a este? lo que más me gustó fue conocer al personaje a lo largo de toda su vida, desde antes que naciera, y también que todo pase en otro siglo (me fascina la historia). Gracias, saludos.
Hola Claudia! Que bueno que te haya gustado- Sigo a Elizabeth Gilbert, porque en este Blog me gusta abordar escritoras/es que abordan en sus libros, viajes y distintas culturas o lugares. No soy especialista en literatura, pero dadas las características de La Firma de Todas las Cosas; y en relación a los puntos que te interesan; me arriesgo a recomendarte el relato de SCott Fitzgerald; El curioso caso de Benjamin Button, que cuenta desde la Nueva Orleans de finales de la I Guerra Mundial hasta el siglo XXI- la extraña vida de un hombre que nace viejo y se va volviendo joven con el tiempo.
Hola Claudia! Que bueno que te haya gustado- Sigo a Elizabeth Gilbert, porque en este Blog me gusta abordar escritoras/es que abordan en sus libros, viajes y distintas culturas o lugares. No soy especialista en literatura, pero dadas las características de La Firma de Todas las Cosas; y en relación a los puntos que te interesan; me arriesgo a recomendarte el relato de SCott Fitzgerald; El curioso caso de Benjamin Button, que cuenta desde la Nueva Orleans de finales de la I Guerra Mundial hasta el siglo XXI- la extraña vida de un hombre que nace viejo y se va volviendo joven con el tiempo.