Desde las playa de Maintencillo, nos fuímos en auto hasta Valparaiso, para recorrer y pasar el día allá. Son 65 km de distancia y el viaje lo haces en poco más de una hora. A este puerto lo describen como la «joya del Pacífico» y sí que lo es, desde mi primer viaje a Chile, apenas con 14 años y viajando con mis viejos, me quedó grabado por los colores de sus casas, el arriba y abajo de sus cerros y ese aire que le dejó el tiempo-ya que fue durante muchos años puerta de entrada del país- por su puerto inmigraron muchos ingleses e italianos. Esa imagen intacta de esos primeros registros en viajes adolescentes me llevaron a querer volver, esta vez con 36 y panza de más de 6 meses de embarazo, para repasar de nuevo esas calles perdidas y antiguas construcciones. No me desanimo el sube y baja de sus calles, aún estaba cómoda para moverme y además Valparaiso cuenta con ascensores para llegar a la altura de los cerros.

Desde abajo, donde estacionamos el auto, en una zona céntrica de la ciudad, tomamos el trole bus en Avenida Argentina y Pedro Montt hasta el Reloj Turri, una construcción del 30′ en pleno centro financiero de Valpo, como le dicen los chilenos. Subimos por el ascensor Concepción (el más antiguo de todos, de 1883) y estuvimos caminando los distintos paseos Gervasoni y Atkinson-desde donde encima de una colina hay vistas al puerto de Valparaiso. Con casonas coloniales de colores, del siglo XIX, en las que esta zona de Chile se pobló de ingleses y chilenos, que diseñaron paseos como este con plazoletas y escaleras. La alegría y el color es permanente por esta ciudad-donde los vecinos cuelgan vasitos de colores y guirnaldas entre las casas.
Lo más lindo es recorrer las callecitas, mirar los barcitos, restaurantes y terrazas donde poder tomar algo o comer y para la vista para engancharse o tildarse mirando el mar y su puerto-rodeado del aire bohemio, juvenil- artístico que tiene este lugar.
¿Dónde y qué comer en Valparaiso? ¿Y dónde dormir?
Nosotros comimos en el hostal Mito, cerca de Cerro Alegre (almorzamos en un bed and breakfast). Muy típico por la zona-en los que arriba de las casonas hay lindas terrazas, y donde ponen mesas para sentarse y comer mirando al mar.
Pedimos una tabla de pesca (un surtido de pescados) y nos trajeron: machas, ostiones, y enormes langostinos. Grande y con acompañamiento-de salsas y quesos. Con un servicio rápido y super amable. Me encantó el lugar, viene hace 3 años trabajando y por lo que estuve mirando en Trip Advisor las opiniones son muy buenas en lo que es comida, carta y atención. Miré los cuartos y están muy bien para quedarse una o dos noches-que es el promedio para quedarse en Valpo. Quizás no son muy espaciosos, pero son de buen gusto, limpios y la ubicación está muy bien si uno quiere estar en el centro de la vida cultural.
En un próximo post te cuento más de este recorrido express por Valparaiso.